Las brochas de maquillaje son como los cuchillos para un chef, de ellas depende el resultado final de tu look, por los que el saberlas usar y elegir se hace imperativo para un maquillaje perfecto. ¿No sabes qué brochas elegir? ¡Aquí tienes algunos consejos!
Cuando vas a la tienda a comprar tus primeras brochas de maquillaje todo puede ser un poco confuso porque te ofrecen demasiadas opciones y al final ni sabes en qué momento usarlas, pues existe gran variedad de tamaños, formas y materiales.
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Por eso creamos esta pequeña guia que te ayudará a decidirte y además, lo mejor de todo, es que cuando eliges las adecuadas puedes ahorrarte dinero que desperdicias comprando brochas que no necesitas.
También debes recordar que las brochas están elaboradas con pelo sintético y pelo natural. Las primeras son ideales para todo tipo de productos líquidos como las bases, rubores en crema, correctores y labiales; mientras que las que están hechas con pelo natural la van mejor con los productos en polvos, como sombras, rubores, pigmentos y polvos sueltos. De este tema hablamos más a profundidad en nuestro artículo “Recomendaciones cruciales para tu primer kit de brochas básicas”.
Así que sin más preámbulos, ¡comencemos! Estos son los 8 tipos de brochas de maquillaje que no pueden faltar en tu kit:
- Brocha para la base:
Esta es una de las brochas más básicas, pues funciona mucho mejor que los dedos o alguna esponja porque te ayuda a difuminar correctamente el producto sin absorberlo o desperdiciarlo. La “Lengua de gato” puede ser perfecta, pues es plana y te ayudará a aplicar bases líquidas o en crema dejando un acabado uniforme.
- Brocha para polvo:
Elige una brocha grande, con mucho pelo y que sea suave, que te ayude con la aplicación de polvos sueltos o compactos alrededor de todo el rostro después de aplicar la base. También puedes emplearla para retirar los excesos de los mismos polvos mencionados.
- Brocha para el corrector:
Generalmente es una brocha de pelo sintético, pequeña y plana, similar a la de la base pero mucho más pequeña. Permite que el corrector se coloque en zonas determinadas como las ojeras, granitos y otras imperfecciones, utilizando solo la cantidad deseada de producto.
- Brocha para rubor:
Suele ser similar a la del polvo pero más pequeña, es redonda, suave y con cerdas largas que permiten difuminar bien el producto. El ancho de la brocha encaja con el pómulo para facilitar la aplicación del rubor y así resaltar el área de la mejilla con un efecto ligero y natural.
- Brocha para contornos:
Es una brocha gruesa y tiene una forma biselada con corte diagonal que posibilita afinar el rostro con la aplicación de los productos.
- Brochas para difuminar:
Te recomendamos que tengas dos, una pequeña y una más grande, suelen ser suaves y flexibles y terminan en punta redondeada. La más grande será ideal para difuminar la sombra de ojos y la más pequeña para difuminar áreas pequeñas como la cuenca de los ojos y la línea de las pestañas.
- Brochas para sombras:
Existen diferentes tipos de brochas para ojos, te recomendamos tener dos. Una plana y esponjosita para aplicar la sombra en el párpado con pequeñas palmaditas y una con cerdas más largas, suaves y sueltas para difuminar, muy útil para cuando tenemos una combinación de colores y necesitamos crear una transición.
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- Brocha para cejas:
Usualmente es pequeña, plana, de pelo rígido y de forma biselada. Es perfecta para definir y rellenar las cejas, y su corte en diagonal nos permite acentuar, perfilar y corregir su forma.
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