Las actitudes machistas y el machismo como tal, sigue latente en la sociedad actual, es una de esas problemáticas que no se va, son frases, situaciones y actitudes que seguimos tragando entero e incluso muchas de ellas, sin darnos cuenta.
Resulta que en la mayoría de países en el mundo, hemos crecido bajo una cultura patriarcal, donde por siglos las mujeres vivimos a la sombra de los hombres, no eramos libres para decidir lo que queríamos hacer con nuestras vidas, ni a donde ir, ni con quien estar.
En el momento en que surge el movimiento feminista en el siglo XIX comienza a impulsarse la emancipación de la mujer y gracias a ello, hoy la mujer puede votar, estudiar, trabajar, tener relaciones con quien quiera sin tener que estar casada y un montón de cosas más sin tener que pedir permiso de su padre o su marido.
Sin embargo el machismo sigue muy presente en nuestra sociedad y en la cotidianidad; y no creas que solo se presenta en situaciones graves como la violencia de género, la discriminación o el abuso, también existen pequeños gestos, actitudes y expresiones machistas que se presentan en el día a día.
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La herencia del patriarcado
Nosotras como parte de la cultura patriarcal hemos sido contagiadas de este tipo de actitudes, que sin darnos cuenta minimizan a la mujer y la fuerzan a encajar en estereotipos de femeninos. Pueden ser comentarios o actitudes que parecen sutiles, e incluso que se producen de forma natural en nuestro día a día; los mal llamados micromachismos que básicamente son una herencia de las actitudes machistas con las que crecimos.
A medida de que la igualdad de género avanza, ese tipo de situaciones se vuelven cada vez menos frecuentes; pero para conseguir una verdadera igualdad aún nos falta cambiar muchas dinámicas y actitudes que siguen perpetuando los estereotipos y roles de género.
Por esta razón es importante evaluarnos tambien a nosotras mismas, pensar en la forma en cómo nos comunicamos con los demás, como miramos, como nos sentimos y como nos tratamos. Pues si queremos un cambio, debemos recordar de que el cambio comienza desde nosotras.
Tal vez en ningún momento la intensión haya sido ofender, pero es importante que entiendas que debemos seguir aprendiendo y no podemos exigir respeto sin aprender a respetarnos tambien, pues no podemos sacarnos en limpio.
Actitudes machistas de mujeres hacia mujeres:
1. Criticar la apariencia física de otras
En primera instancia no es tu problema, todas somos libres de vestir como queramos y el mero hecho de criticar si tu amiga está demasiado flaca o gorda, que si tiene estrias o celulitis, que te parece que va muy maquillada o que por el contrario debería maquillarse más; hace que caigas en los estereotipos construidos por la sociedad machista y haces que la libertad de tu amiga se vea minimizada.
2. Ver a otra mujer como tu rival
Los tiempos de pelear por hombres o por cualquier motivo, definitivamente tienen que quedar atrás; no estamos en una competencia y si hablamos de parejas, el que te va a querer, te quiere, te respeta y punto. Basta de pelear, de compararte, de sentirte mal porque tu amiga tiene mejor cuerpo que tú, de anhelar querer ser como la modelito que ves en Instagram; absolutamente todas somos hermosas y en vez de tratarnos como rivales deberíamos tratarnos como hermanas.
Aquí me parece importante destacar un término que hoy es tendencia y que debería hacer parte de nuestro día a día y es la sororidad. Este término proviene de la palabra inglesa “sisterhood” utilizada por Kete Millet, referente del feminismo de la segunda ola y autora del libro Política Sexual. El término se incorporó a la RAE en el 2018 bajo la definición de “agrupación que se forma por la amistad y reciprocidad entre mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por alcanzar un mismo objetivo”.
Básicamente es una forma complice de actuar entre mujeres, una propuesta para aliarnos y trabajar juntas para por fin ponerle un punto final a la opresión. Recuerda este significado cuando pienses que alguna chica es tu rival, mejor trátala como hermana e invitala a trabajar juntas con empatía y fraternidad.
3. Criticar la orientación sexual de otras mujeres
Esto, además de ser machista, es también homofóbico. Cómo lo mencionamos al principio, gracias al feminismo hoy podemos elegir y el amor es una elección, tener relaciones con quien sea es una elección. Así que no atropelles la libertad que tenemos hoy.
Además, si te ha parecido difícil ser mujer, imaginate ser una mujer con inclinaciones sexuales diferentes a las que regularmente son “aceptadas” por la sociedad. Como tal estas personas ya están viviendo una batalla y que como mujer pretendas arrebatarle también ese derecho de tu hermana deja ver en ti la sombra del machismo.
4. Juzgar a otras por su vida sexual
Que si es activa, que si es reservada, que es virgen, que es santa, que es puta… La vida sexual es una elección individual y el compartirla o no también es elección. Es muy común escuchar que si un hombre está con diferentes chicas cada fin de semana es un “galán” o un “rompe corazones”, pero si es la chica la que sale con diferentes hombres cada fin de semana, es una puta, una zorra, una fácil o una cualquiera. Deja de juzgar la vida sexual de las demás, decide por ti, no por otras.
5. Hablar mal de las mujeres con altos puestos de poder
Por qué será que cuando vemos mujeres poderosas con altos puestos en grandes compañías lo primero que pensamos es ¿con quién se habrá acostado para obtener ese lugar? ¡seguro fue rosca!.
¿Por qué nos desmeritamos de esa manera? ¿Acaso no estudiamos para luchar por nuestros sueños? ¿Acaso no trabajamos arduamente para llegar a una meta? ¡No! no se acostó con nadie, se partió la espalda trabajando fuerte, le costo noches de mucho esfuerzo, de mucha dedicación, hasta que al fin lo logró.
6. Pensar que una mujer no puede amarse por no tener un cuerpo que encaje en los estereotipos de belleza típicos
¿Crees que por que es gordita no se ama? ¿Crees que por que tiene el cabello diferente no se ama? ¿Crees que por que es demasiado alta no se ama?
¿Quien dice cuando se es demasiado alta, demasiado gorda o demasiado rara? Los estereotipos de belleza están sobrevalorados, están pasados de moda y la verdad es que no deberían ni existir. Su única función era atropellar el autoestima de la mujer en lugar de impulsarla a amar y aceptar cada parte de su cuerpo. Tal vez aún nos queden algunas batallas pendientes, pero el considerarnos bellas y llenarnos de amor propio es un paso hacia adelante.
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7. Creer que todas las mujeres deben ser madres
No somos máquinas de bebés, no nacimos para ser madres y el querer serlo o no, es una decisión que cambia tu vida por completo. Las mujeres que no quieren ser madres, no son egoístas, no las va a dejar el tren, no necesariamente van a terminar solas, no están incompletas y no necesitan dar explicaciones. Solo son mujeres con otro tipo de sueños y decisiones, que quieren hacer su vida de otra manera.
Y algo más para apuntar, las mujeres que decidieron ser madres, tampoco son esclavas del patriarcado, son decisiones de vida nada más.